El sobresaliente estigma…tizado.

PonchaglobosHoy desayunando con tres inteligentes jóvenes emprendedores, escuché contundentemente sabias palabras de uno de ellos: «En México, sobresalir es un estigma». Me quedé impávido, porque se trata de la pura verdad. Entendiendo que «estigma» es un desdoro o mala fama, qué impresión que en un país donde reina la mediocridad, la desconfianza y la mentira, si te atreves a «sobresalir» de ese fango, si te atreves a ser mejor, si te atreves a triunfar, si te atreves a ser el número uno, si te atreves a ser el exitoso… ¡serás discriminado! Sobresalir es un estigma.

Toda mi vida he vivido eso. Orgullosamente, y a momentos llegué a pensar que no tan orgullosamente, la vida me ha llevado a triunfar en varios aspectos de la vida… y en esta sociedad, ese triunfo evidente y social, te pasa la factura: discriminación, soledad, señalamientos, desdoro. Claro, no por eso uno debe dejar de triunfar, pero resulta interesante comprender que este tipo de estigma, existe.

Hay que desarrollar una gran autoestima para triunfar, pero hay que mantener esa autoestima o incluso incrementarla para soportar el hecho de haber triunfado. Eso veo y siento en México. Siempre he dicho en mis conferencias que en este país hay un delito que se persigue de oficio: Triunfar. Si triunfas, todas las luces las tienes en contra tuya. Si te atreves a ser un exitoso de la vida, prepárate para que cierto sector de la sociedad empiece a hablar mal de ti y desee tu fracaso como éxito suyo! Saber esto anticipadamente, es relajante a fin de cuentas. Hay que comprender y aceptar pacíficamente que si empiezas a inflar tu globo de vida con el aire de la felicidad o con vientos de amor y éxito… no tardará un ponchaglobos a acercarse a «saludarte».

Sé bien que ser «diferente» siempre es un desafío…, pero qué triste que esa diferencia sea por atreverse a sobresalir. Ya bien lo dijo algún carpintero por ahí: todo clavo que sobresalga terminará recibiendo un martillazo.

¿Qué solución veo a esta discriminación? ¿Qué opción encuentro para que no te ponchen el globo de tus ilusiones? ¿Cómo evitar sentir el estigma de sobresalir? Respuesta: ¡Júntate y convive sólo con triunfadores! Reúnete sólo con personas que vean como normal el sobresalir en la vida, gente que diario infle sus globos con el bien, la verdad y la belleza. Ese «reunirse» con los parecidos a uno, esa sociedad «GCU (gente como uno)» es lo mejor que uno puede hacer… precisamente para evitar la dolorosa diferencia que le genera tremenda envidia a un mediocre y fracasado: la simple presencia cercana de un triunfador.

Escribo aquí, precisamente para abrir un espacio donde sólo nos reunamos GCU! Espero que disfrutes del encuentro.

Esto es… lo que alcanzo a ver.

ArizA.

6 comentarios sobre “El sobresaliente estigma…tizado.

  1. Alejandro, interesante y certero artículo.

    Me gustaría saber como enfocas la diferencia enre escalar posiciones y ser exitoso, porque con frecuencia se ve gente al arecer «muy exitosa», en posiciones muy encumbradas, con una gran carga de miseria humana. Muchos oros le envidian su posición, otros tanto intentan desinflar su globo con comentarios, intrigas, etc. Pero te cansas de buscar en ellos calidad calidez humana sin algún éxito.

    Creo que las personas verdaderamente exitosas no son aquellas que han alcanzado el poder, o que obtenido grandes logros. Para mi, la persona exitosa es aquella que han conquistado estos triunfos y los orientan hacia la vocación de servicio, que es lo que da al ser humano sentido de plenitud y satisface su necesidad innata de trascendencia.

    Abrazos y muchos más éxitos,

    Elsa M

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    1. Pues el éxito es algo muy personal! Es lograr lo que tú quieres. Y escalar posiciones es eso, escalar posiciones. Si coincide que escalar el lo que querías… Enhorabuena por tu éxito. Si no coinicide, pues escalaste posiciones y sin duda todavía no conoces esa persona el éxito.

      De paso esté decir que mi artículo trató de otro tema, pero con gusto respondí a tu pregunta.

      Saludos…

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  2. Un cordial saludo!

    Gracias por responder.

    Su artículo está referido a la gente que triunfa, a la gente exitosa…

    En el mismo afirma: «si te atreves a “sobresalir” de ese fango, si te atreves a ser mejor, si te atreves a triunfar, si te atreves a ser el número uno, si te atreves a ser el exitoso… ¡serás discriminado! Sobresalir es un estigma.»

    En ningún momento pongo en duda esa afirmación. Todo lo contrario. La ratifico. Y eso no pasa sólo en México. No te creas. No se si por allá el asunto es más pronunciado que en el resto de América Latina. Pero es un asunto generalizado.

    El común denominador es aún la gente mediocre, quienes te miran como bicho raro si eres diferente. Te critican, se burlan, se esfuerzan por desmeritarte.

    Pero bueno… uno comprende que los niveles de evolución no son los mismos para todas las personas, ni para todos los pueblos. Particularmente creo que es sólo eso… etapas evolutivas. Así lo creo, y por eso no me desinflan demasiado los pinchazos, aunque admito que duelen…

    Por cierto, México ha contado a lo largo de su historia con personajes altamente evolucionados. Creo que incluso algunos han marcado pauta en niveles de evolución en América Latina y el mundo. No es así?

    Cuando preguntaba por la diferencia entre ser exitoso y escalar posiciones, lo hago porque el éxito se suele asociar con el poder y con el tener. Pero el éxito circunscrito a estas esferas me parece que no llena. Al final, el ser humano se siente infeliz, vacío.

    La más grande aspiración y el fin último del ser humano es ser feliz. De allí que el verdadero éxito es aquel que conduce a la felicidad, que es ese sentirse pleno, realizado.

    El poder y el tener alegran, como no. Pero no aseguran la felicidad. Ambos, en cualquier momento, se pueden esfumar. Y entonces…

    El poder y el tener no son malos… A quién no le gusta saborear esas mieles? Pero debemos estar claros que no hay que engolosinarse con ellas…

    Por otra parte, resulta interesante observar que los seres que han dejado huellas imborrables en este mundo, apenas si tenían dónde recostar su cabeza… vg. Cristo, Gandhi y Teresa de Calcuta.

    Aclaro que no estoy haciendo apología de la pobreza… pero sería interesante analizar la situación desde la aspiración innata de felicidad y trascendencia de los seres humanos. No lo cree así?

    Mis respetos,

    Elsa M

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  3. Tu columna es muy interesante Alex, qué bueno que di con tu blog. Es muy evidente el ver que en esta sociedad prevalece, de una manera súmamente arraigada, la idea de la carencia. Lo podemos ver difundido en todo el aparato de noticias, «que si la crisis», «que si la falta de agua», «que si la falta de seguridad»….mil cosas.
    Es, por desgracia, una lógica reacción en muchas personas, poner el grito en el cielo cuando alguien sobresale, pues desde el subconciente piensan «este se va a llevar todo (ya sea dinero, prestigo, o incluso amor, felicidad) y no va a quedar nada para mi.»

    Comparto que en momentos he sentido, y lo confieso, envidia por alguien. En esos momentos me sentía muy avergonzado conmigo por sentir esa envidia, pues pensaba que solo los perdedores la sentían. ¡Efectivamente! cuando me conectaba con lo que yo no tenía y la otra persona si, ¡venía la reacción viseral lógica!. Lo trascendente que quiero compartir aquí es que entendí que la envidia era una reacción lógica, no luché contra ella, pero sí hice una elección TRASCENDENTAL: no tratar que el otro bajase, sino YO SUBIR, ahí entendí que las emociones no son ni buenas ni malas, pero lo que hace un cambio es cómo las utilizas. Aunque mi formación como persona no me eximió de tener una reacción de esa naturaleza (la envidia) siempre tuve clara la opción de Luz a partir de ese evento. Por desgracia poca gente siquiera conoce que hay otra opción.

    Con respecto a la columna, viene como anillo al dedo un pensamiento que comparto en ésta columna, es un mensaje que alguien me dió hace un par de semanas cuyo autor es Nelson Mandela, la tesis principal sostiene que: el miedo más profundo que una persona (dormida espiritualmente) puede sentir, no es el miedo al fracaso o a la obscuridad, es el miedo a descubrir su propia LUZ; –adaptando ésta verdad contundente al tema de la columna de Alejandro quiero redondear la idea– «Una persona que tenga miedo a su propia Luz, atacará el brillo que vea en otras personas ¡simplemente para no sentirse amenazado!, pues ese resplandor será el reflejo de lo que no ha querido aceptar de si mismo.» ¡Qué increible!

    Por último quiero compartir brevemente mi pensamiento cuando alguien me ve raro o murmura al hacer algo que me hace feliz. Recuerdo que hace muy poco tiempo me sorprendió una fuerte lluvia y yo andaba sin paraguas. Decidí por una extraña razón no emprender la carrera, simplemente alcé la cara, caminé sintiendo, solo sintiendo…¡además del agua, la sensación de liberarme del impulso de correr fue mágica, esa fué la trascendencia del momento!, pero la gente que me veía se me quedaba mirando extrañamente. Lo único que pensé era…»de lo que se pierden».

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