El origen de una enorme cantidad de problemas quizá se remita a la idea encerrada en tan solo tres letras:
«Mío»
El sentido de propiedad, para colmo, es una idea creada por nosotros mismos los humanos bajo un sistema de creencias diseñado por nosotros mismos! Somos nuestros propios enemigos.
Cada día que observo tantos conflictos sucedidos por la idea del «me quitaste» o bajo la amenaza sentida por muchos del «me quieres quitar», me surge imponente el origen de todo ese conflicto y amargura que destila daño consecuente omnidireccional, la idea de tres letras: «mío».
Sin duda es la propiedad una sensación exitosa y más cuando ha sucedido bajo el más puro merecimiento, pero ese merecimiento y ese tipo de éxito te pasan la factura. Los primeros cargos son monedas de miedo ante la posibilidad de perder, y loa cargos fuertes es si de verdad se termina perdiendo lo que se creía propiedad de uno.
Piensa en lo que mucha gente cree ser propietario de: su casa, auto, terreno, tarjeta, dinero, membresía, una idea, o incluso… otra persona. El «mío» termina convirtiéndose en un fantasma que termina asustando a muchos dueños.
Admiro cada vez más a esos seres evolucionados que cada vez sienten y saben que no necesitan poseer nada para disfrutar más, y precisamente por lo mismo. Quizá por eso de un Jesucristo no tenemos reporte en la historia de que tenía algo suyo. Y mira cuanta paz engendró. Sólo tenía una filosofía, la del amor, y hasta por «tenerla» le fue medio rudo al final de su experiencia como humano.
En fin, cavilaciones escritas a lo largo del desafiante trayecto mientras llego a mi consultorio, perdón, al consultorio a dar consulta. En el tráfico y bloqueos de la ciudad de México me da tiempo de escribir los capítulos de todo un libro. Quizá y hasta una colección de este tipo de notas terminen en un libro llamado: En el camino mientras llego, o algo así. No estaría bueno?
Claro sería genial que se concretara esa idea del libro, de hecho sucederían cosas curiosas si todos y cada uno de los que lo leemos hacemos lo mismo, muchas veces mientras vas «en camino» es cuando sucede la mágia de la introspección, el reflexionar, cavilar y hasta filosofar haha , saludos como siempre es un placer leerlo
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Edgar: Gracias por tus comentarios! Saludos.
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